Las que faltaban by Cristina Oñoro

autor:Cristina Oñoro [Oñoro, Cristina]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Ensayo, Historia
editor: ePubLibre
publicado: 2022-02-01T00:00:00+00:00

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A juzgar por las entradas del diario de Claire en las que dejó constancia de todas las visitas que le hicieron, las conversaciones como esta y los paseos por los alrededores de la ciudad se alargaron muchas tardes durante la época en la que la familia Shelley-Clairmont vivió en Pisa bajo la atenta mirada de Mrs. Mason. En Casa Silva las jóvenes también conocieron a sus dos hijas, Lauretta y Nerina, a quienes Margaret trataba de educar siguiendo los preceptos de Wollstonecraft. Mrs. Mason les hablaría del libro que había estado escribiendo los últimos años, un manual de crianza y medicina preventiva, en el que quería ofrecer información veraz a las madres para que no dependieran de los médicos, de quienes decía, como Agnódice, que rara vez sabían algo de madres o de niños. Quería escribir una guía con sencillas explicaciones sobre la salud de los niños basada en la experiencia e investigación que había ido acumulando ella misma a lo largo de los años. En sus páginas hablaría de lactancia, juegos al aire libre y pequeñas enfermedades. Y, sobre todo, trataría de destruir los prejuicios de las madres para que educaran niños libres y felices. El libro, que finalmente se publicaría con mucho éxito, no era su primera obra, pues tiempo antes Margaret también había imitado a su institutriz escribiendo cuentos para niños que le había publicado el propio Godwin, ahora dueño de una librería en Londres y una editorial destinada al público infantil.

Mrs. Mason siempre fue como una madre protectora para los Shelley-Clairmont, una auténtica «dama que cuidaba de un jardín de flores sensibles», en palabras de Percy Shelley. De hecho, años después de la trágica muerte de Percy en 1822, quien falleció ahogado al naufragar su barco en la costa italiana, y del regreso de Mary Shelley a Inglaterra al poco tiempo, Claire Clairmont vivió con Mrs. Mason y siempre consideró maravillosa esta etapa al lado de su madre adoptiva. Al final, quién iba a decirlo, de algún modo fue Claire quien cumplió el sueño que Wollstonecraft había tenido para su propia vejez.

Tras la muerte de Margaret en 1835, Mary Shelley y Claire siguieron escribiéndose cartas con Lauretta y Nerina durante el resto de su vida. Es posible que a las cuatro mujeres, separadas por la distancia, se les humedecieran los ojos al leer, de tarde en tarde, a la luz de una vela, las páginas finales de Original Stories, el libro de Wollstonecraft protagonizado por Mrs. Mason, sobre todo cuando leían las palabras de despedida de su institutriz cuando finaliza la educación de sus pequeñas alumnas:

Ahora habéis sido elegidas para ser mis amigas y mi opinión de vosotras dependerá en el futuro del progreso que vuestra virtud haga. Escribidme a menudo, que yo responderé a vuestras cartas puntualmente. Dejadme recibir el genuino sentimiento de vuestros corazones. Adieu! Cuando penséis en vuestra amiga cumplid sus preceptos. Dejad que sea el recuerdo de mi afecto el que dé peso a las verdades que os he tratado de inculcar.

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